miércoles, 28 de junio de 2017

Tras ser despedida, una española triunfa con una ‘startup’ de cuentos personalizados

Cristina Rodríguez es publicista y ejercitaba como tal. Aun estaba valorada en su empresa, donde la iban a ascender. Todo fluía hasta el momento en que afirmó que iba a ser madre. Entonces no solamente se quedó sin ascenso, sino asimismo fue despedida. Aquella circunstancia desapacible, no obstante, se ha transformado en “una gran suerte” en su vida y en su carrera. Como gran consumidora de cuentos infantiles, se lanzó a fundar al lado de Manuel Córdoba, Mumablue, una plataforma online que deja personalizar 4 cuentos infantiles con el nombre de un pequeño y la configuración de un avatar de gran semejanza con el menor. Desde dos mil quince, la plataforma ha vendido ya unos treinta y cinco ejemplares.

“Para mí fue como quitarme la venda de los ojos. Me percaté de que la valoración no era real, sino más bien solamente coyuntural, puesto que valorar a una trabajadora en función de su baja maternal no solo es injusto, asimismo es cortoplacista y perjudicial para la propia empresa”, asevera. Para la emprendedora canaria ser madre te da “una razón concluyentes para no mirar atrás y pelear sin medida. Y pese al cansancio, asimismo lúcida la inventiva", agrega.  “Los progenitores estamos poco a poco más informados y sabemos los inmensos beneficios que tiene leerles cuentos a nuestros hijos y que estos sean de calidad”, asevera Rodríguez. Para esta emprendedora canaria la lectura es una forma “de hacer familia, de pasar un instante mágico” con los hijos. Asimismo una herramienta con la que hacer en frente de la atracción de la tecnología, de las tabletas y los smartphones:

“Cuando damos un dispositivo electrónico a nuestro hijo de alguna manera lo distanciamos de nuestro lado, no obstante, la lectura nos acerca a él. Y no tiene contraindicaciones”. Además de esto,"los 4 cuentos personalizables propagan valores de confianza, amistad, inventiva, empatía o bien tolerancia y se atreven con temas frágiles como es el del acoso escolar".

Para Rodríguez, las historias son exactamente una de las razones esenciales por las que mejor les ha funcionado el boca a oreja, las recomendaciones entre particulares que les han llevado a lograr las cantidades que el día de hoy manejan. Creencias positivas que pueden verse en su página, infestada de comentarios de felicitación y agradecimiento escritos por clientes del servicio satisfechos: “Soy una enorme consumidora de cuentos infantiles y sé que las historias son lo primordial. Sin una enorme historia no se trabaja el desarrollo formidablemente complejo que tiene cada libro Mumablue”, medita. El costo fluctúa sobre los treinta euros.

Con esas historias infantiles que dan forma a Mumablue, Rodríguez sueña con conquistar el planeta, cuando menos el editorial, y con colarse en casa de familias de todo el planeta “para estimular la lectura en los más pequeños, a fin de que los progenitores logren separar a sus hijos de las tabletas y los móviles y creen instantes de familia, una forma fabulosa a fin de que los pequeños se enamoren de la lectura y se enganchen a ella de por vida”. Para alegría de un mercado editorial necesitado de nuevos lectores. Y lo está logrando.

La start-up ha dado el salto internacional y ya personaliza libros en diferentes idiomas y los manda a numerosos países del planeta. “Ha sido complejo comprender cada mercado separadamente y tratar a cada uno de ellos de forma diferente, mas estamos muy satisfechos de haber empezado la expansión internacional pues la acogida ha sido buenísima y el retroalimentación de los clientes del servicio de otros países es muy positivo”, asevera. Prueba de ello es que el día de hoy el sesenta por ciento  de las ventas se generan fuera de España, singularmente en USA y Francia. ¿Alguna explicación a este dato? “En España aún cuesta que la gente vea un libro como un estupendo regalo de aniversario. A veces semeja que si obsequiamos un libro a un pequeño, estamos obsequiando poco. Queda mucho por hacer”, responde.

La aventura de Mumablue empezó en el mes de septiembre de dos mil quince. Para finales de dos mil dieciseis ya habían vendido veinte ejemplares. Apenas 5 meses después ya van por treinta y cinco. No extraña que cuando le preguntamos por sus sueños para Mumablue responda que “conquistar el mundo”. Para la cofundadora el factor esencial de este éxito es que el pequeño se ve representado en todas las páginas del cuento, “no solo con su nombre, sino más bien por medio de un avatar de gran semejanza. Ya no es otro personaje el héroe y protagonista que soluciona los enfrentamientos sino es el propio niño”.

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